Alguien me dijo, las personas mayores sois cobardes no os atrevéis a ser felices, yo le pregunte: _ ¿ Y que es ser feliz? y me respondió :- Amar hasta el límite, todo.
He pensado en eso “ todo,” como si fuera una cantidad absoluta, una cosa grande algo como un diccionario que contiene todas las palabras pero no dice nada. Algo de apariencia casi atemorizante.
Cuando creces por encima de tu edad, te das cuenta que ser feliz no es una cantidad absoluta de nada, es mas una larguísima suma de sumandos, cantidades insignificantes pero muchos sumandos, logros de un día a día, conseguidos con esfuerzo.
Es una suma con equívocos, no son los números lo que parecen, un dos puede ser “ ambos · pero también “un tu y un yo”, las cuentas no son siempre claras y se admiten sumandos negativos, por que las cosas algunas veces se tuercen y lo que pensábamos un trocito de felicidad a sumar no lo es.
No me atrevería a regalarle espejos donde mirarse a las personas absolutamente felices, el azogue se cuartería a en algunas ocasiones dejando convertida una sonrisa en una mueca.
La felicidad no es para los impacientes, pensé yo cuando hablaba con mi amiga, debe de ser que me hago mayor y no me seducen algunos paraísos completos, escenarios donde solo falta el actor.
Sant Pol de Mar, 15 de Noviembre 2009
Esteban Mediterráneo
He pensado en eso “ todo,” como si fuera una cantidad absoluta, una cosa grande algo como un diccionario que contiene todas las palabras pero no dice nada. Algo de apariencia casi atemorizante.
Cuando creces por encima de tu edad, te das cuenta que ser feliz no es una cantidad absoluta de nada, es mas una larguísima suma de sumandos, cantidades insignificantes pero muchos sumandos, logros de un día a día, conseguidos con esfuerzo.
Es una suma con equívocos, no son los números lo que parecen, un dos puede ser “ ambos · pero también “un tu y un yo”, las cuentas no son siempre claras y se admiten sumandos negativos, por que las cosas algunas veces se tuercen y lo que pensábamos un trocito de felicidad a sumar no lo es.
No me atrevería a regalarle espejos donde mirarse a las personas absolutamente felices, el azogue se cuartería a en algunas ocasiones dejando convertida una sonrisa en una mueca.
La felicidad no es para los impacientes, pensé yo cuando hablaba con mi amiga, debe de ser que me hago mayor y no me seducen algunos paraísos completos, escenarios donde solo falta el actor.
Sant Pol de Mar, 15 de Noviembre 2009
Esteban Mediterráneo
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