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miércoles, 4 de marzo de 2020

La banalidad de ser refugiados en la Europa de la tercera edad





Me gustaría ver llenarse de gente así la España vaciada, serian una semilla preciosa para nuestra tierra deshabitada una semilla que deberíamos ayudar a sembrar en lugar de martirizarlos y bombardearlos, me produce una gran ternura viendo su desgracia que no es otra que la aspirar a vivir en paz y hacer crecer a sus hijos en la paz. Si fueran un virus o un pájaro no los podrían detener, tal vez esten soñando que son pájaros y pueden volar por encima de la guerra hasta un lugar para vivir en paz.

Esteban Mediterraneo 



Otra vez los refugiados vagando en la desolación. Otra vez miles de personas convertidas en moneda de cambio de intereses estratégicos y sobre todo económicos. La brutal represión del gobierno griego a los desplazados que acogía Erdogan -y que lanzó a las fronteras con engaños- ha mostrado la inhumanidad a cara descubierta, ahora ya sin asomo de disimulo. Casi cualquier noticia palidece ante la raíz que a tantas sustenta: crece la banalidad del mal, lo vemos en la nueva crisis de los refugiados y en actitudes patrias de feroz deshumanización. Detrás llega el abismo.
Antes están las guerras de la codicia, la hipócrita venta de armas, el tablero de poder mundial que se juega bajo las bombas que caen sobre poblaciones indefensas. La guerra de la Siria que también quiso hace más de diez años su primavera de libertad ha causado miles de muertos y desplazados. Terror infinito. Tras imágenes espeluznantes, la UE se sacudió –literalmente- el problema de los refugiados pagando a Erdogan, el presidente de Turquía, de corte autoritario, para que se ocupara de ellos. Nunca debió hacerlo, pero ocurrió así. Aquella viñeta de 2016 lo explicaba con total crudeza.


Erdogan quiere más dinero y más apoyo a sus estrategias de poder. Tras la –teórica- retirada de EEUU de Siria, lanzó la ofensiva turca contra las fuerzas kurdas. También ha mandado efectivos a Libia. Erdogan avisa desde hace tiempo de lo que quiere pero ahora acaban de matar a 33 soldados turcos en Siria y necesitaba un golpe de efecto en casa. Y mandó a los refugiados a vagar de nuevo hacia Grecia como entrada de la Unión Europea, diciéndoles que se habían abierto las fronteras.
Y Grecia, de nuevo en manos del partido conservador Nueva Democracia, los ha recibido salvajemente. Inclusoatacando a las lanchas de refugiados en el agua. Un niño que cayó al agua y un hombre-por disparos- han resultado muertos. Grupos fascistas han completado la labor de represión, agrediendo refugiados, a miembros de ONG y periodistas. De esos periodistas que nada tienen que ver con los voceros de las cloacas españolas, y que se juegan la vida, sin protección de quien debe prestarla, como cuenta entre otras muchas cosas Hibai Harbide. Con enorme generosidad, con el espíritu del periodismo puro, para que veamos este horror.

Publicado en:
El Diario.es

LA VERGUENZA DE SER MONARQUICO





Noticias así abren los ojos a cualquiera y nos hacen replantear la inutilidad de la monarquía, con el regalo de Juan Carlos a su amante podrían haberse financiado muchos proyectos sociales de toda índole, verguenza e indignidad para el pueblo que no merece la " realeza "

Juan Carlos I donó a Corina Sayn Wittgenstein y a su hijo Alexander 65 millones de euros en 2012. La suma procedía de un regalo que el monarca español había recibido cuatro años antes por parte del rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz.
La donación de Juan Carlos I a la princesa alemana se produjo, según ha podido saber 'Ok Diario', tras el escándalo en el que se vio involucrado en abril de 2012, cuando se difundió una imagen del borbón cazando elefantes en Botswana.
La empresaria alemana explicó ante un juzgado de Instrucción de Madrid que el viaje a Botswana se les presentó como "un regalo" para ella y su hijo, que no había estado en un safari antes: "Viajé con él para supervisarle y a petición expresa del rey emérito. Mi ex marido, Phillip Adkins, quien se había hecho muy amigo del Rey Juan Carlos, también viajó con nosotros".

La Sexta Noticias
Juan Carlos le regaló a Corinna y a su hijo 65 millones de euros que habia recibido del rey de Arabia Saudí.