Dejando atrás los lagos, pasando Mon Repos, en el Pirineo de Huesca hay un pequeño valle en el camino hacia las cumbres de Samiñánigo, hay un lugar que se llama Ipiés, en la entrada a la izquierda hay un molino El Molino de Ipiés y el molino un molinero Pablo, un hombre hecho de pinos rojos y tierra duro como el paisaje, conocí a Pablo el molinero gracias a Manolo mi suegro, ambos habían estado condenados a muerte por haber defendido la Republica Española, hombres como Pablo y Manolo no son fáciles de encontrar, vencidos si derrotados no.
Me llevo a el las ganas que tenia mi suegro de abrazar a su viejo camarada, no se hablo de guerra esa noche y tras cenar todos cayeron rendidos, menos Pablo que tenia que hacer el pan y yo que me moría de curiosidad por verlo. Aquella noche nevaba y todo se había cubierto de nieve que en el molino era como harina de trigo, los gatos al calor de la vieja puerta de madera que daba al horno se apretaban y cuando salía Pablo a buscar la leña para el horno todos ellos de hablaban.
Esa noche riquísima en anécdotas me dejo marcado, la magia del pan fermentando el aroma que si tuviera que asimilar diría que era el del seno de mi madre, la boca del horno como un amable infierno y laz que proyectaba sobre todas las cosas era de verdad algo que me llevaría horas de relatar.
Mas tarde el crujir del nuevo pan se quedo pegado a mi hasta muchos años más tarde presumía de tener el olor del pan en la piel. Todo esto no es sino el preámbulo al que aspiro para invitarte a escuchar El Invierno una parte de la Sinfonía de las cuatro Estaciones de Vivaldi a la que añadí el texto del libreto a modo como si fuera un poema, que ya es mucha pretensión la mía.
Para esta noche de invierno en la que seguro que en el Molino de Ipiés desde el cielo el viejo Pablo muele la harina de las estrellas. Mi recuerdo y mi poema en honor de aquellos hombres buenos.
Segundo movimiento de las Cuatro estaciones, El Invierno
Vivaldi.
Feliz AÑO NUEVO desde Sant Pol de Mar, 2009
Esteban Mediterráneo.
http://estebanmeditrraneo.blogspot.com/
Atardecer de hoy a falta de nieves buenas son tempestades.
Me llevo a el las ganas que tenia mi suegro de abrazar a su viejo camarada, no se hablo de guerra esa noche y tras cenar todos cayeron rendidos, menos Pablo que tenia que hacer el pan y yo que me moría de curiosidad por verlo. Aquella noche nevaba y todo se había cubierto de nieve que en el molino era como harina de trigo, los gatos al calor de la vieja puerta de madera que daba al horno se apretaban y cuando salía Pablo a buscar la leña para el horno todos ellos de hablaban.
Esa noche riquísima en anécdotas me dejo marcado, la magia del pan fermentando el aroma que si tuviera que asimilar diría que era el del seno de mi madre, la boca del horno como un amable infierno y laz que proyectaba sobre todas las cosas era de verdad algo que me llevaría horas de relatar.
Mas tarde el crujir del nuevo pan se quedo pegado a mi hasta muchos años más tarde presumía de tener el olor del pan en la piel. Todo esto no es sino el preámbulo al que aspiro para invitarte a escuchar El Invierno una parte de la Sinfonía de las cuatro Estaciones de Vivaldi a la que añadí el texto del libreto a modo como si fuera un poema, que ya es mucha pretensión la mía.
Para esta noche de invierno en la que seguro que en el Molino de Ipiés desde el cielo el viejo Pablo muele la harina de las estrellas. Mi recuerdo y mi poema en honor de aquellos hombres buenos.
Segundo movimiento de las Cuatro estaciones, El Invierno
Vivaldi.
Feliz AÑO NUEVO desde Sant Pol de Mar, 2009
Esteban Mediterráneo.
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Atardecer de hoy a falta de nieves buenas son tempestades.