Pobre amapola recién llegada a esta primavera, debe de tener
la misma sensación que los ciudadanos chipriotas estos días, debe de pensar
mirando el paisaje enredado de plásticos
obsoletos que no es el planeta Tierra donde habita, si no un asteroide
cualquiera que se lanzará en picado contra cualquier planeta.
De igual modo deben de pensar millones de ciudadanos al
contemplar su entorno.- No, no puede ser este no es el mundo en el que se esperaba
que iba a ser feliz.
Algo enorme se está viniendo abajo, cientos de miles de
amapolas nacen no en prados entre las espigas del trigo, no en los caminos
compañeras del andar del peregrino nacen en lugares como este, en campos
apurados donde los plásticos de los cultivos abandonados, crucen con el más
leve viento, es una composición surrealista, aterradora , mas de otro mundo. Para
quien como yo paseaba años atrás entre los viveros de fresas sin poder
abstraerme a robar alguna para mí,
pienso este no es el planeta Tierra todo esta cambiando.
Sant Pol de Mar, 24 de marzo de 2013
Esteban Mediterráneo.