De repente el tren después de haber estado en marcha cientos
de kilómetros se tiene en un silencio
absurdo, cuando contemplas cuando contemplas la quietud del paisaje, de repente, las gentes, las
señales y hasta las montañas se se ponen
en marcha en sentido contrario. Tenemos la sensación de habernos quedarnos
parados contemplándolos como si estuviéramos hechizados mientras es ahora el paisaje el que se aleja
en nuestra espalda.
Algo parecido me ha ocurrido
esta mañana, al filo de la invierno viendo como caen los pétalos del
almendro sobre el lago, peces los esperan en la superficie del agua con el
ansia de atrapar las primeras mariposas de la primavera Quieto disfrutando del recuerdo de
todas las veces que he visto nevar los pétalos junto al almendro con los ojos llenos de la
vida en los colores del estanque.
La vida sigue como esa vieja locomotora de hierro pero
cuando se detiene y miro el paisaje quieto como en este pequeño estanque , parece
que todo lo que he vivido, mis recuerdos , me llevan a caminar hacia atrás .
Desde Sant Pol de Mar, 16 de marzo de 2013
Esteban Mediterraneo.