Olores mágicos
Al poco de amanecer
cuando la luz del día es rosada en contraste con el azul ultramar sobre el horizonte,
llega con violencia el humo de la hoguera donde queman mezcladas las hojas
doradas del otoño con los pétalos de las ultimas rosas y las ramas secas de los frutales una amalgama deliciosa de aromas que corta el
aire fresco de la mañana recién nacida impregnado el aire como si fuera una
droga que penetrando en mi revive de un soplo, el invierno, la primavera, el
verano y el otoño.
Escucho el crepitar de las ramas de la poda, como si fueran
un murmullo que calla todos los demás sonidos, los recuerdos de la primavera
cuando esperaba verse abrir los capullos de las rosas y la tierra preparada
para la siembra tan aromáticamente densa como el humus del bosque. Poco a poco florecieron
los frutales, el níspero con su olor secreto, los almendros, los cerezos, todas
las rosas desabotonaron sus pétalos, maduraron en verano las frutas y luego
poco a poco el bosque se lleno de silencios mientras las hojas de los arboles
adornaban de colores dorados y rojos los espacios, el suelo se cubría de una
alfombra realmente mágica que ahora al ser quemada me abduce y me hace soñar
turbando mi razón con los recuerdos.
No me extraña que de todo eso Vivaldi escribiera sus cuatro
estaciones, seducido por la magia de una hoguera.
Sant Pol de Mar, 5 de diciembre de 2012