Acostumbrado a los exuberantes paisajes de Galicia y al esplendor
de la primavera cimbreando en los rosales o asomando en los trigales es un ejerció
agradable reparar en paisajes tan humildes y sencillos como estas pequeñas
flores que adornan el margen de los camino.
Como las cosas son distintas dependiendo del cristal con que
se miren, yo he decidido ver estas flores entre los falsos copos de nieve que
vuelan desde los chopos que se alinean en el camino, como si así realzara la
belleza de estas flores a las que nunca miro al diluirse en la mirada en los campos de amapolas vecinos.
Vaya este pequeño homenaje a las flores sin nombre que sin
apercibirse apenas adornan con sus colores alegres y frescos esos rincones tan
chiquitos, pequeños paisajes de paraísos de la medida de la huella de tu pie.
Sant Pol de Mar, 9 de junio de 2013
Esteban Mediterraneo.
P.D. Lo siento no he sido capaz de poner la imagen horizontalmente..