Debería llenarse el mar de peces, la montaña de setas, el mundo desbordarse
en la sonrisa, los jóvenes encontrar trabajo y los viejos convertirse en
filósofos, los adolescentes aprender amarse en paz, sin temor.
Pero nuestra generación que ha conseguido tantas cosas ha sido incapaz de
trasladar algo tan fundamental como la paz y la justicia social, que son dos
frutos que maduran de las ramas del
el árbol del trabajo.
Lejos de conseguir un mundo mejor
para legarlo a nuestros jóvenes se les abre
la caja de pandora llena de peligros y espejismos y los conflictos y las
guerras reaparecen, el temor nos arrebata la paz porque nos creíamos a salvo de
la pobreza y necesidad que nace de la injusticia.
En situaciones así es fácil caer en la tristeza y deprimirse viendo que las
salidas a las crisis son muchas veces escasas globalmente, se cierran fronteras
que sobrepasan las guerra de nuevas generaciones, asesinos o desheredados
capaces de morir matando porque no encuentran una razón para vivir en paz.
En ese momento hay abrir todos los compartimentos de nuestra cerebro y
dejar de usar solo aquellos que nos estresan para distraernos con las musas de
la música de la poesía del arte en general encontrando algo de sosiego al estrés
de las noticias cotidianas . ( Winston
Churchil) la imagen es obra de
Modigliani, y el poema de un servidor
Tiempo de amarse.
Que se iluminen los cielos
y las mareas se paren
amansándose el viento de los huracanes
y dejando las velas vacías de aire
los marinos desembarquen
en puertos libres de males
regalando a las muchachas
rosas de los vientos
y collares de corales.
Que los niños mamen complacidos
de los pezoncitos maternales,
que los ríos se desborden
dejando a la vista los diamantes.
Que los enfermos salgan sanos
de los hospitales.
Que sepan los amantes
que ha llegado el tiempo
de abrazarse.
Que el sol despierte fresco
alumbrando en los trigales
que maduren las espigas
y los espantapájaros anden
robando las cerezas de los cerezales
y las amapolas se enciendan
dando color a los valles
para que todo el mundo sepa
que ha llegado el tiempo de amarse.
Que los niños no lloren
y sus madres canten.
los hombres trabajen contentos
y las armas callen
que los curas se rían
de los siete pecados capitales.
Que nadie tenga prisa
para llegar a cualquier parte
que sepan los amantes
que ha llegado el tiempo
que nunca hubo un antes.
Sant Pol de Mar, 5 de junio 2007
Esteban Mediterraneo.